
La libertad del periodista ha sido fruto de la lucha colectiva. Todas las voces, las voluntades y los pasos en la misma dirección. Por ello la liberación se convierte en profunda alegría por lo que representa para Paul, su familia (emocionada y agradecida), para la ANP y para todos aquellos colegas que tienen procesos abiertos por difamación en el país.
Garay Ramirez, condenado a 18 meses de prisión efectiva, llevaba ya más de seis meses encarcelado. El proceso en el que se condenó a Garay sumaba una serie de irregularidades, entre ellas la ausencia de prueba peritada que demostrara que el periodista difamó al fiscal querellante.
En razón a ello la ANP, desde la primera instancia, hizo un llamado abierto a los jueces a ponderar los argumentos de la defensa y a garantizar, en todos sus extremos, la libertad de expresión en el país. Esto porque, en los últimos años, las querellas judiciales se han convertido en peligrosos instrumentos de coacción a los periodistas críticos.
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