jueves, 18 de julio de 2013

BIODIVERSIDAD, PATRIMONIO INVALORABLE QUE HAY QUE PROTEGER



La mega diversidad biológica del Perú es un patrimonio natural invaluable  Vale más que el oro que con codicia se extrae de nuestras montañas y terminará por acabarse, pero la riqueza biológica nacional es inagotable, crece y se reproduce permanentemente en todas nuestras zonas ecológicas de costa, sierra y selva.   
Perú es uno de los 25 puntos calientes en biodiversidad en el mundo. Posee recursos genéticos que son importantes para la seguridad alimentaria, más del 65% de la agricultura depende de ellos. Su aporte a la economía peruana constituye el 15% del PBI, lo que garantiza su crecimiento y desarrollo sostenible.
Pero es necesario protegerla y planificarla con un manejo racional para beneficio de todos los peruanos. Debemos crear conciencia de su vital importancia y formular políticas claras, realistas de conservación que involucren a todos los sectores; públicos y privados, en especial a los pobladores de las comunidades que viven la realidad.  
Es por ello destacable el Taller Macro Regional para la actualización del Plan Nacional de Biodiversidad del Perú, organizado por el Ministerio del Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, realizado dos días en Trujillo, que puso el foco de atención sobre sus metas y objetivos.

Nueva Visión
La primera versión de la Estrategia Nacional sobre la Diversidad Biológica fue aprobada en el año 2001, luego se elaboraron 19 estrategias regionales y 4 macro regionales, las que ahora se han revisado para enriquecer con nuevos enfoques.
En el foro, el experimentado José Álvarez, Director general de Diversidad Biológica, ha señalado que debemos preservar los inagotables recursos naturales con los que cuenta el país para garantizar, no sólo nuestra sobrevivencia, sino la del mundo y evitar la depredación ambiental que tiene un alto costo para el país, unos 8 mil millones de soles -4% del PBI.
Entre las causas de tremendo despropósito están la extracción indiscriminada de la fauna, la contaminación de ríos y mares, la desforestación que nos hacen perder nuestros valiosos recursos naturales. Por ejemplo, la pesca de anchoveta, que debido a la avaricia de empresas particulares, ha bajado sus niveles de producción a 8 millones de toneladas al año cuando podría estar en 25 millones de toneladas. 
El coordinador del proyecto, Antonio W. Salas, reveló que el Perú está quinto lugar entre los 17 países con mayor biodiversidad en el mundo y con un enorme potencial genético, que compromete a elaborar un plan con miras a cumplir las metas y objetivos trazados en la visión estratégica al año 2021, para reducir las pérdidas de biodiversidad y aumentar sus componentes.
Rudy Valdivia, del Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado, presentó un mosaico visual de conservación en diversas zonas ecológicas que ayudaron a definir estrategias y nuevos enfoques y especialistas del Ministerio del Ambiente, ilustraron acerca de los estudios que se hacen sobre la Quinua, árbol emblemático del Perú, que cuenta con 21 variedades en los Andes, 16 de ellas en el Perú.
También se habló sobre preocupantes problemas de “ecosistemas frágiles” como las lomas del Cerro Campana, un milenario tesoro de biodiversidad que requieren de mayor atención para su conservación.

Importantes aportes
Al concluir la jornada, se estableció una agenda para desarrollar instrumentos que permitan medir y reportar el fortalecimiento de la gobernanza en torno a la gestión de la biodiversidad, así como la incorporación de usuarios y comunidades locales en todas las acciones, incluyendo la capacitación y participación comunitaria.
Como meta se planteó que en el 2014, las tres instancias de gobierno, nacional, regional y local, deberán reconocer las iniciativas locales pre-existentes con especial énfasis en las experiencias de comunidades que consideran especies de flora y fauna silvestre amenazada y su puesta en valor para el desarrollo sostenible.
Otro objetivo es que, al segundo semestre del 2016, se hayan aprobado mecanismos regulatorios para gestionar de manera sostenible la pesca y el aprovechamiento de recursos hidrobiológicos, la agricultura, la acuicultura, la silvicultura, la ganadería extensiva, minimizando la contaminación y los procesos que atenten contra la diversidad biológica.
Se recomendó igualmente consensuar la clasificación bio-geográfica del Perú, como por ejemplo, el uso de eco-regiones, pisos ecológicos, pisos bioclimáticos, zonas de vida, marino-costeras, ecoturismo y forestales. Al mismo tiempo, considerar entre los ecosistemas frágiles las lomas, bosques de montaña y el impacto de transgénicos.


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